Curioso e interesante programa que ofrece el Marq, en su tercer aniversario de recreación histórica en Lucentum y cuya publicidad del acto dice así:
En estas terceras jornadas de Recreación Histórica de la Lucentum Romana el Marq pretende consolidar la iniciativa puesta en marcha en 2016 acercando esta ciudad romana, origen de Alicante, a todos los alicantinos y a cuantos nos visiten estos días, con objetivo de dar a conocer el yacimiento, ponerlo en valor y hacer que nuestro pasado romano adquiera todo su sentido. Durante el fin de semana del 15 y 16 de diciembre de 2018 podrás descubrir en el Tossal de Manises (Albufereta - Alicante) como era la vida en la Lucentum Romana. Este año, asistiremos a la recreación del funeral de unos de sus ciudadanos mas ilustres, M. Popilius Onix. La ciudad se prepara para despedirlo celebrando una gran ceremonia con sus correspondientes juegos fúnebres . La presencia de gladiadores le servirá al magistrado local para hacer campaña electoral. El aforo de las actividades se limita a un máximo de 250 personas por pase. Durante este fin de semana del 15 y 16 de diciembre queda suprimido el servicio de visitas guiadas y no se permitira la visita libre al yacimiento. El precio de la entrada sera de 3 euros, por cada una de las 2 sesiones (sábado mañana y domingo mañana), los niños de hasta 7 años entraran gratis. Las entradas se podrán adquirir en las taquillas del Marq, en el propio yacimiento arqueológico de Lucentum y también a través de instanticket.
A mediados y finales del siglo xix hubo una corriente pseudocientífica
que ubicaba la ciudad romana de Lucentum bajo los cimientos de la actual
Alicante. La imparable expansión de la urbe de Alicante en estas fechas,
pusieron al descubierto gran multitud de restos arqueológicos que hicieron sospechar
que en el subsuelo existía un asentamiento de importancia dado el gran numero y
de calidad de los mismos. Pero fue hacia el 1877 cuando se descubrió en el barrio
de Benalúa, en la desembocadura del barranco de San Blas, (actual avenida de
Oscar Espla) un fragmento de inscripción romana que menciona Lucentum como rango
administrativo de municipium y dedicada a los emperadores Marco Aurelio y Commodo.
Una de las primeras noticias sobre el hallazgo de la inscripción la publicó el Sr. Chabás en El Archivo, tomo II, pág. 282. Denia, Mayo 1888. Y narraba el siguiente texto: «Hace unos diez años próximamente, cuando se terraplenaba el contramuelle de Alicante, hubo necesidad de sacar tierra del sitio llamado los Antigones, como á 400 metros de la desembocadura y lado derecho del barranco de San Blas ó de las Cuevas. Tenía unos 2 metros de tierra encima, y apareció en dos trozos, en medio de fragmentos de cerámica romana; el resto falta, pues por más diligencias que se hicieron no pudo encontrarse. Como es sabido, el sitio indicado está al Oeste de Alicante, hacia la parte de Elche; y al Este de la ciudad se levanta el castillo de Santa Bárbara, el Castrum album de los latinos, traducción de Acra leuca de los griegos. Detrás del castillo, en el sitio denominado albufereta en el cabo de la huerta, aún se ven restos de población romana, á la que Lumiares y otros muchos llaman Lucentum.»
Desde entonces autores como Manuel Rico Garcia 1892,
propusieron la idea de identificar aquellos restos con el municipio de Lucentum.
Dichos trabajos desaparecieron y no fue hasta 1958 de la mano de Vicente
Martinez Morella, que presidia la Comisión Provincial de Monumentos, que los rescato
y los saco a la luz pública.
Una década más tarde, Enrique Llobregat Conesa (director del
Museo arqueológico Provincial de Alicante), retoma la idea de identificar las
ruinas de Benalúa con Lucentum, y así lo hace constar en sus trabajos “Hacia
una desmitificación de la Historia Antigua
de Alicante “ y la introducción del facsímil de Manuel Rico Garcia “Memoria
relativa a los nuevos descubrimientos de la antigua Lucentum” 1892, reditado en
1984 por la excma. Diputación de Alicante.
Durante las excavaciones arqueológicas realizadas en la
orilla del barranco de San Blas en 1971, de la mano de Enrique Llobregat
Conesa, hallaron los restos de un gran vertedero de cerámica romana tardía.
Este insólito hallazgo no hizo más que apuntalar la tesis que se hallaban una
vez más ante las ruinas de Lucentum.
Fuentes consultadas:
Els Antigons-Lucentum y una ciudad perdida en Alicante.
Lorenzo Abad Casal.
El Lucentum hispano romano de Benalua – Antigons. Domingo
Tafalla Navarro. 1972
Memoria relativa a la antigua Lucentum. Fascimil . 1985
Memoria relativa a la antigua Lucentum 1958 Vicente Martinez
Morella
El yacimiento tardorromano de Lucentum (Benalúa Alicante)
Paul Reynols
Hacia una desmitificación
de la Historia Antigua de Alicante. Enrique Llobregat Conesa 1959
El pasado 21 de agosto, el Diario Información se hacia eco sobre las nuevas investigaciones que aportaban la reciente campaña arqueológica.
Cristina Martinez
La campaña de excavaciones de verano en el Tossal confirma la cronología del acceso a la ciudad y que el primer asentamiento romano fue militar, con doble cancela y una muralla de 2,80 metros de ancho
La historia se narra con capas que se superponen y esa es la forma más evidente que tienen los investigadores para conocer la evolución de sus vestigios. Así ocurre también en el yacimiento del Tossal de Manises, donde se localiza Lucentum, ciudad que dio origen a Alicante y en la que la campaña arqueológica de este verano se ha centrado en confirmar la cronología de la evolución de la principal puerta de acceso al asentamiento y conocer el sentido de su construcción. Y, en esa búsqueda, ha aparecido un desagüe que podría ser de un edificio destacado de la ciudad, con unas losas «enormes», de 1.60 centímetros por 50, lo que muestra «la maestría de los romanos en lo que se refiere a la arquitectura e ingeniería hidráulicas», apunta Manuel Olcina, director técnico del Marq.
La primera puerta, que no está excavada, estaba definida por un camino sobre la roca en el que se detectan los surcos por donde transitaban los carros. Era el acceso de la época púnica anterior a los romanos. La historia avanza y lo que se ha verificado con la excavación de una parte de la muralla anexa a la entrada oriental es la cronología de la puerta construida ya en el siglo I antes de Cristo, «muy probablemente» en la época de César. «Sería sobre el 50 antes de Cristo cuando los romanos construyeron una puerta militar brutal, potente, extraordinaria, que es una torre con puerta doble de dos hojas colocadas a dos metros de distancia, que se rellenaba de tierra y piedras en caso de ataque».
La potencia de esta puerta indica, según el arqueólogo, que en esa época de guerras civiles «el Tossal jugó un papel importante en la costa, entre Santa Pola y la zona de Benidorm, y que controlaba también el paso hacia el interior de la montaña alicantina». Hasta la época romana, explica el director del MARQ, se pensaba que no había afectado nada en la costa alicantina y que los conflictos habían pasado de largo, «pero nos estamos dando cuenta de que las guerras civiles romanas tuvieron una importancia enorme aquí y una prueba de ello es esta puerta militar que demuestra que fue un escenario destacado porque sus dimensiones, teniendo en cuenta el tamaño de la ciudad, dejan ver que había un peligro importante».
Olcina destaca que no se ha intervenido sobre las puertas en sí sino que se han sacado unos 40 metros más de muralla de la puerta correspondiente a la época en la que se concibió como un recinto militar. «La magnitud de la construcción defensiva es enorme y se acompañaba de un bastión, una torre y la muralla de 2,80 metros, la más ancha del yacimiento, lo que confirma que se trató en su época de un asentamiento militar».
La tercera puerta correspondería a una construcción posterior a la época de Augusto, unos 40 o 50 años después, según se ha podido constatar, en un momento en que el asentamiento se convierte en urbano, en un centro civil, porque lo militar ya no tiene sentido. «El acceso entonces tiene apariencia de entrada a una ciudad normal, con una función estética, no militar», afirma el director de las excavaciones.
Un aspecto destacado del recinto es que la muralla es curva, algo que ya apuntó Enrique Llobregat en 1967 y que determinó posteriormente Olcina. «La muralla hace una curvatura para proteger el camino antiguo que estaba fuera y que fue integrado por los romanos dentro de la ciudad». Esa característica, asegura, hace este trazado «muy interesante».
En cuanto al desagüe aparecido, se pensó en principio que se trataba de una cloaca, «aunque hay que ver si conecta con el sistema de alcantarillado conocido o bien desagua un edificio importante». La canalización termina en un agujero en la muralla de la época de recinto militar y parece que cuando se convirtió en asentamiento civil se realizaron las canalizaciones.
El objetivo de la próxima campaña será excavar en las puertas en sí y dejar a la vista la estructura, tras un proceso de musealización para que la gente pueda entender el yacimiento. «Va a ser espectacular porque el año que viene se va a ver la muralla y el público verá con claridad cómo era el acceso».
En este sentido, afirma que «estamos dando luz a todo el conjunto que sabemos que existió y que ahora es difícil de explicar cuando va la gente; queremos demostrar que se confirman las hipótesis que planteamos y mejorar la vista al yacimiento para que se pueda mostrar toda la evolución de la ciudad».
A mediados de la primavera del 2002, unos submarinistas,
hallaron en la bahía de la Albufereta a 800 metros de la costa y poco más de 5
metros de profundidad, los restos de un cargamento de ánforas romanas. Comunicaron
a las autoridades el sorprendente hallazgo de lo que pronto parecería tratarse
de los restos de un pecio romano.
El pecio se encuentra naufragado a poca distancia del puerto
de Lucentum, en una zona de sombra y protección natural de los temporales de
Levante. No obteniendo la misma protección si se tratase de vientos de
componente suroeste cuya fuerza del mar hacia naufragar a multitud de
embarcaciones a lo largo de todos los tiempos. Todas las investigaciones apuntan
que fuese esta la principal causa del naufragio.
Fases de la excavacion
Una vez constatado el hallazgo, dio el comienzo las excavaciones
arqueológicas, formadas por el equipo de El Centre d'Arqueologia Subaquatica de
la Comunitat Valenciana, junto con la colaboración del Patronato Municipal de
Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alicante (COPHIAM), y el Taller de Imagen de
la Universidad de Alicante.
El cargamento del navío lo conformaban principalmente ánforas
Dressel 20 y cuyo número de contabilizados oscilan entre los 104 y los 278
ejemplares tomando como referencia las distintas partes que las conforman.
Dicho cargamento provenía del valle medio del Guadalquivir. Siendo su contenido
aceite de origen vegetal.Tambien se hallaron 11 lingotes de cobre denominados “Galápagos” con un peso que varía entre los 20 y los 80 kilogramos de peso y que sirvieron de herramienta para estabilizar la nave.
El grueso del importante hallazgo, lo componen los 12 tipos
diferentes de sellos, aparecidos en las asas de las ánforas: BROCOOV, CAPRARI,
CVVA, ELENI, FORTVNATI, GEMELLI, LVTROPHI[MI], QAN, QSP, SAXFER, SEXIRVF,
SEVVONIS. Gracias a la información obtenida con el estudio de 105 sellos
recuperados, la datación del naufragio debería enmarcarse a mediados del siglo
1, de época julioclaudia.
Así mismo El pecio de La Albufereta ha aportado una gran
cantidad de inscripciones sobre ánforas Dressel 20, lo que representa un alto
valor histórico y arqueológico del conjunto para el estudio de la producción y
comercio del aceite bético para la segunda mitad del siglo I d.C.
Del casco de madera del navío se han podido rescatar y
documentar multitud de estructuras, secciones, plantas y detalles de la arquitectura
naval del mismo.
Con todo ello, los estudios realizados al hallazgo, revelan
que se trataba de un velero comercial de aproximadamente 12 metros de eslora y
4 de manga, con un tonelaje comprendido entre 19 y 34 toneladas. Comerciaría
con aceite procedente de la zona Bética y la datación del naufragio debería
enmarcarse entre años 50-70 d.C., cerca del año 70 d.C.
reconstrucción hipotética
Fuentes:
- La construcción naval del pecio de la Albufereta (Alicante). Un velero de comercio del s. I procedente de la Betica. Carles de Juan Fuertes.
- El pecio romano de la Albufereta. Fernandez Izquierdo,A ; Berni Millet, P ; Aguilera, A. 2007.
Fue hallado sorprendentemente empotrado en un lienzo de la muralla oriental, torre IX, durante el transcurso de las excavaciones dirigidas por Enrique Llobregat y Miguel Tarradell en 1967 en el sector "C". Debido a lo inusual del lugar del hallazgo, la pequeña cabecita de terracota se hallo prácticamente intacta.
Marq
Popularmente conocido como " El Orellut " debido a su desproporcionado tamaño de sus orejas., realizado en barro muy depurado y bruñido de color anaranjado. No supera los 13 cm de altura, siendo su interior hueco. Representa a una cabeza viril, de grandes ojos almendrados guardan proporcionalidad con sus orejas, su boca entre abierta muestran unos labios carnosos, su cabeza esta cubierta por un fino casquete, que deja entrever un pequeño flequillo semi ondulado. Es muy probable que se trate de una obra realizada sobre siglo III a. C. Lo llamativo de sus rasgos hace pensar que se trate de un exvoto, en claro contesto del arte púnico, donde guarda claro paralelismos con otras obras, como algunas terracotas halladas en El Puig dels Molins, Eivissa ( Ibiza).
En la actualidad se trata de un icono de la ciudad de Alicante, representado en un sinfín de actos y festejos populares. Se conserva en las instalaciones del Marq, siendo este, uno de los tantos atractivos del mismo.
Curioso ejemplar escrito por Francisco Figueras Pacheco en 1955 e impreso por Gráficas Moscat Alicante. En dicha obra, su autor realiza una descripción geográfica y topográfica del descubrimiento, la cual no esta exenta de una gran problemática.
Gayo Plinio Segundo en latin: Gaius Plinius Secundus), también conocido como Plinio el Viejo , Nació en Comun la actual Como, en Italia en el año 23 d.C . y muere el 25 de agosto del 79 durante la famosa erupción del Vesubio.
Fue escritor; científico; naturalista y militar latino. En general realizó gran cantidad de estudios e investigaciones de fenómenos naturales, etnográficos y geográficos, recopilados en su obra de un conjunto de 37 libros titulado Naturalis Historia que constituye un compendio del saber de la época., siendo modelo enciclopédico de muchos conocimientos hasta mediados del siglo XV.
Los textos a los que hacen referencia a Alicante y su entorno no son numerosos, aunque sí de interés.
" Oppida orae proxima Urci adscriptumque Baetica Baria, regio Bastetania, mox deinde Contestania, Carthago Nova colonia, cuius a promuntorio quod Satumi vocatur Caesaream Mauretaniae urbem CLXXXXVII p. traiectus. Reliqua in ora flumen Tader, colonia inmunis Ilici, unde Ilicitanus sinus; in eam contribuuntur /cositani; mox Latinorum Lucentum, Dianium stipendiarium, Suero fluvius et quondam oppidum, Contestaniaefinis. "
Oppida próximos a la costa, Urci y Baria, este último adscrito a la Bética; la región Bastetania, luego la Contestania y la colonia de Cartago Nova, desde cuyo cabo llamado de Saturno hasta Caesarea, ciudad de Mauritania, hay una distancia de 197.000 pasos. En la costa restante están la colonia immune Ilici, de donde viene el nombre del golfo ilicitano; de ella son contribuyentes los lcositanos; luego, Lucentes, de derecho latino, y Dianium, estipendiarla, el río Suero y antiguamente el oppidum, el fin de la Contestanía.
Publicación del Diario Información, pagina 23, fechado el 8 de mayo del 2008 realizado por Juan Jose Amores y Ruben Bodewig. En donde recoge el gran coraje e ilusión, con la que se enfrento al destino de destrucción de una parte importante de la historia de Alicante. De no haber sido así, la historia de Alicante se tendría que escribir de otra manera.
Gracias.
"Sol" es la segunda por la derecha
Solveig Nordstrom, “Sol” para los amigos, nos dijo hace unos meses en una entrevista que ella sólo quiso ser arqueóloga para poder tocar la tierra con sus manos. Esta sueca de noventa y cinco años, alegre, espiritual, culta y políglota (habla catorce idiomas, entre ellos el sanscrito) decidió aterrizar un buen día en nuestra tierra “porque sabía que la historia arqueológica del Mediterráneo estaba incompleta, a pesar de que España era un país poco interesante “, en clara alusión a la dictadura franquista. Discípula de Lafuente Vidal, a quien aún considera un sabio y humilde arqueólogo, conoció al Padre Belda y a Figueras Pacheco, en una época en la que la arqueología sólo estaba destinada a “la gente adinerada”. Nos contó entusiasmada lo mucho que ella había podido sacar a la luz del Tossal de Manises, del que tan sólo se había excavado una octava parte de su perímetro en 1960. Pero se entristeció al recordar lo mucho que se había destruído de nuestro valioso patrimonio cultural al comenzar la construcción masiva y despiadada en la Albufereta. Allí “los terrenos estaban vendiéndose por parcelas y sobre los mismos iban construyéndose chalets, sin que mano alguna pudiera detener esa anulación de valores que se hallaban todavía sin descubrir." Y nos añadió Solveig, en clave algo misteriosa, “Claro, es cuestión de dinero y los arqueólogos somos pobres... ¡si yo pudiera hacer algo!”
Y vaya si lo hizo.
En un día sin determinar (los periódicos nacionales de la fecha estaban atenazados por la Ley de Prensa dictada por Manuel Fraga Iribarne), cuando las excavadoras de las empresas constructoras pretendían aplanar el Tossal de Manises al grito de “destruyamos toda esta mierda”, arramblando con los importantísimos restos arqueológicos depositados allí durante miles de años para construir un simple hotel, Solveig tuvo la valentía de enfrentarse a las autoridades franquistas de la época para impedirlo. Ni corta ni perezosa, se tumbó delante de las máquinas excavadoras y ante los medios de comunicación extranjeros que su amigo Jaime Pomares i Bernat había avisado, impidió con su actitud que los intereses especulativos arruinaran el santuario de las civilizaciones que por Alicante se habían establecido.
Es seguro que, de no haber sido Solveig una ciudadana sueca, su actitud habría sido reprimida de forma inmediata por las autoridades. Sin embargo, todos ellos prefirieron evitar un escándalo internacional aún mayor del que ya se estaba produciendo en la Albufera. Después de esta paralización, Solveig consiguió que el Ministerio de Educación español comprara los terrenos sobre los que se asentaban los restos, impidiendo de este modo la desaparición de la ciudad íbero-cartaginesa-romana. Hoy sabemos que diversos grupos y asociaciones, entre ellos la Comisión Cívica de Alicante, están peleando sin descanso para que el Ayuntamiento otorgue, al menos, el nombre de una calle a Solveig. Es lo mínimo que se merece la mujer que salvó nuestra historia con aplomo y valentía. ¡Bravo por todos ellos! Esta mujer, que vive olvidada y casi en la pobreza en un pequeño apartamento de Benidorm, es historia viva. Es un empujón de vitalidad que nos alecciona en coraje e ilusión. Podríamos haber estado cientos de tardes preguntándole y hablando con ella sobre sus recuerdos, sobre sus pensamientos, sobre lo que ha aprendido de la vida... y nunca dejaríamos de aprender. La ilusión con la que te recibe y se desenvuelve, te desarma y te lleva a su terreno para hacerte soñar con tiempos pasados, donde ella desenterraba e identificaba vasijas con sus propias manos.Solveig está hecha del mismo material con el que se tejen los sueños y las ilusiones, aderezado todo con una gruesa capa de cariño y fraternidad. Sus palabras llevan implícitas grandes dosis de humanidad y filosofía de vida, que ciertamente, le han ayudado a alcanzar casi la centuria con una sonrisa en la cara y una agilidad asombrosa.“Sol” es, simplemente, alguien a quien siempre se debería recordar, no ya sólo por aprender de su espíritu y sus acciones, sino sobretodo, porque se merece ser eterna en nuestros recuerdos.
Sorprendentes las nuevas lineas de investigación sobre el fragmento escultórico. El águila bicéfala – EFE
19/06/18
El misterio del águila bicéfala romana al que los arqueólogos no dan respuesta
La pieza fue hallada en Alicante en 2005 y se cree que pudo ser facturada en Italia, Grecia o Turquía
EFE Actualizado:19/06/2018 10:17h
Los arqueólogos internacionales especializados en el mundo clásico siguen sin resolver el significado de la mano de bronce romana (siglo I d.C.) que empuña una espada con una excepcional águila de dos cabezas hallada hace ya trece años en elyacimiento romano de Lucentum (antigua Alicante). De 6.110 gramos, 35 centímetros de largo y 11,2 de ancho, esta mano izquierda sostiene el pomo de una espada ceremonial con el águila bicéfala y es la única parte que se conserva de una escultura erigida a un emperador ataviado de militar (se desconoce quién) que se salvó de la refundición de los siglos posteriores debido, probablemente, a su valor como talismán.
Esta escultura lleva el característico anillo imperial con el trazo de un «lituus» (representa el bastón de los sacerdotes augures), debió medir unos 2,2 metros de altura y por su incalculable valor y singularidad el fragmento fue exhibido en la Sala del Trono (o de San Jorge) del prestigioso museo Hermitage de San Petersburgo (Rusia) con motivo del año 'España en Rusia' en 2011.
La mano de bronce - EFE
Posteriormente fue a Assen (Holanda) antes de también formar parte de una exposición antológica del Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid. El director técnico del centro expositivo donde se exhibe, el Museo Arqueológico de la Diputación de Alicante (MARQ), Manuel Olcina, ha relatado a Efe que se trata de una pieza «única» y «sin paralelos» en el mundo romano por tener el águila bicéfala.
Hay numerosos ejemplos de águilas de una cabeza en el mundo romano pero «nunca de dos», en palabras de Olcina, quien ha recordado que un águila bicéfala protagoniza el escudo de Rusia, pero no proviene de los romanos sino en la caída del imperio Bizantino, momento en el que los zares heredaron esta simbología.
A su vez, los bizantinos la habían tomado de los Selyúcidas musulmanes turcos y el único antecedente de este símbolo se halla en la civilización Hitita (dos mil años antes en la misma zona), aunque sin una aparente conexión directa con los romanos.
«Hemos presentado este 'unicum' (único en latín) en congresos internacionales y hemos consultado con decenas de colegas europeos y estadounidenses, y no hay nada parecido por lo que no sabemos qué significan esas dos cabezas de águila», según el arqueólogo del MARQ, quien especula que podrían simbolizar dos poderes, dos legiones distintas o, incluso, Oriente y Occidente.
En todo caso, la comunidad científica no tiene claro a qué hace referencia, «y no poder interpretar el significado de esta pieza supone, para mí, una frustración», ha confesado.
La mano con el águila bicéfala fue descubierta el 23 de marzo de 2005 (un Miércoles Santo) a un metro de profundidad en una excavación en el Tossal de Manises de la antigua Lucentum dirigida por Olcina y Rafael Pérez Jiménez, arquitecto de la Diputación y responsable de la conservación del yacimiento, al frente de un equipo de arqueologos, restauradores, dibujantes, topógrafos, encargados y peones.
Los afortunados en toparse con ella y extraerla fueron los arqueólogos Antonio Guilabert y Eva Tendero; en un principio, los expertos internacionales dudaron de su autenticidad y pusieron en tela de juicio la procedencia y antigüedad, pero una vez acreditada la metodología científica de su extracción se abrió un nuevo debate para tratar de contextualizarla e interpretar el mensaje que se quería trasladar.
Se cree que se pudo fabricar en un taller de alguna provincia de la actual Italia, Grecia o Turquía, y «al ser el retrato oficial de un emperador, no puede ser una improvisación del artista sino que tiene que querer decir algo, seguramente un mensaje que fue repetido en otras obras que, quizá, estén por encontrarse», según el director técnico del museo alicantino.
Otra aportación de la mano de Lucentum es que el característico gesto de los dedos del emperador, sujetando el pomo de la espada para que la hoja repose en el antebrazo, ha facilitado saber que era precisamente una espada lo que habrían llevado en un principio otras manos romanas halladas con la misma disposición pero que se han encontrado vacías, como la estatua acorazada de Sancti Petri (Cádiz), del siglo II a.C.