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miércoles, 27 de marzo de 2019

Oinochoe con dos jinetes



Oinochoe ibérico incompleto hallado en 1994 en la zona oriental del amurallamiento de la urbe. La decoración presenta como motivos central la representación de dos jinetes enfrentados, distanciados por la figura de una hoja de hiedra. Los dos jinetes sostienen con una mano las riendas del caballo y con la otra elevan por encima de sus cabezas sendas lanzas, sosteniéndolas por su parte más distal.

Según sus investigadores se cree que aunque pueda parecer a primera vista una representación bélica entre dos jinetes, lo más probable es que tenga relación con un acto ritual, ya que carece de elementos y actitudes por ambos jinetes de una acción hostil, como va siendo común en este tipo de escenas, muy próximos al estilo Sant Miquel de Lliria. Por lo que pudiera datarse de finales del s. III a.C. .


Se encuentra expuesta en el Marq de Alicante.


jueves, 1 de noviembre de 2018

El pecio de la Albufereta




A mediados de la primavera del 2002, unos submarinistas, hallaron en la bahía de la Albufereta a 800 metros de la costa y poco más de 5 metros de profundidad, los restos de un cargamento de ánforas romanas. Comunicaron a las autoridades el sorprendente hallazgo de lo que pronto parecería tratarse de los restos de un pecio romano.
El pecio se encuentra naufragado a poca distancia del puerto de Lucentum, en una zona de sombra y protección natural de los temporales de Levante. No obteniendo la misma protección si se tratase de vientos de componente suroeste cuya fuerza del mar hacia naufragar a multitud de embarcaciones a lo largo de todos los tiempos. Todas las investigaciones apuntan que fuese esta la principal causa del naufragio.


Fases de la excavacion

Una vez constatado el hallazgo, dio el comienzo las excavaciones arqueológicas, formadas por el equipo de El Centre d'Arqueologia Subaquatica de la Comunitat Valenciana, junto con la colaboración del Patronato Municipal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alicante (COPHIAM), y el Taller de Imagen de la Universidad de Alicante.



El cargamento del navío lo conformaban principalmente ánforas Dressel 20 y cuyo número de contabilizados oscilan entre los 104 y los 278 ejemplares tomando como referencia las distintas partes que las conforman. Dicho cargamento provenía del valle medio del Guadalquivir. Siendo su contenido aceite de origen vegetal.Tambien se hallaron 11 lingotes de cobre denominados “Galápagos”  con un peso que varía entre los 20 y los 80 kilogramos de peso y que sirvieron de herramienta para estabilizar la nave.

El grueso del importante hallazgo, lo componen los 12 tipos diferentes de sellos, aparecidos en las asas de las ánforas: BROCOOV, CAPRARI, CVVA, ELENI, FORTVNATI, GEMELLI, LVTROPHI[MI], QAN, QSP, SAXFER, SEXIRVF, SEVVONIS. Gracias a la información obtenida con el estudio de 105 sellos recuperados, la datación del naufragio debería enmarcarse a mediados del siglo 1, de época julioclaudia.

Así mismo El pecio de La Albufereta ha aportado una gran cantidad de inscripciones sobre ánforas Dressel 20, lo que representa un alto valor histórico y arqueológico del conjunto para el estudio de la producción y comercio del aceite bético para la segunda mitad del siglo I d.C.




Del casco de madera del navío se han podido rescatar y documentar multitud de estructuras, secciones, plantas y detalles de la arquitectura naval del mismo.



Con todo ello, los estudios realizados al hallazgo, revelan que se trataba de un velero comercial de aproximadamente 12 metros de eslora y 4 de manga, con un tonelaje comprendido entre 19 y 34 toneladas. Comerciaría con aceite procedente de la zona Bética y la datación del naufragio debería enmarcarse entre  años 50-70 d.C., cerca del año 70 d.C.


reconstrucción hipotética


Fuentes:
- La construcción naval del pecio de la Albufereta (Alicante). Un velero de comercio del s. I procedente de la Betica. Carles de Juan Fuertes.
- El pecio romano de la Albufereta. Fernandez Izquierdo,A ; Berni Millet, P ; Aguilera, A. 2007.







domingo, 21 de octubre de 2018

El Orellut







Fue hallado sorprendentemente empotrado en un lienzo de la muralla oriental, torre IX, durante el transcurso de las excavaciones dirigidas por Enrique Llobregat y Miguel Tarradell en 1967 en el sector "C". Debido a lo inusual del lugar del hallazgo, la pequeña cabecita de terracota se hallo prácticamente intacta.


                                                                                        Marq

Popularmente conocido como " El Orellut " debido a su desproporcionado tamaño de sus orejas., realizado en barro muy depurado y bruñido de color anaranjado. No supera los 13 cm de altura, siendo su interior  hueco. 
Representa a una cabeza viril, de grandes ojos almendrados guardan proporcionalidad con sus orejas, su boca entre abierta muestran unos labios carnosos, su cabeza esta cubierta por un fino casquete, que deja entrever un pequeño flequillo semi ondulado.

Es muy probable que se trate de una obra realizada sobre siglo III a. C.

Lo llamativo de sus rasgos hace pensar que se trate de un exvoto, en claro contesto del arte púnico, donde guarda claro paralelismos con otras obras, como algunas terracotas halladas en El Puig dels Molins, Eivissa ( Ibiza).



En la actualidad se trata de un icono de la ciudad de Alicante, representado en un sinfín de actos y festejos populares. 
Se conserva en las instalaciones del Marq, siendo este, uno de los tantos atractivos del mismo.


                                                                                                                                                                                          Marq





jueves, 16 de agosto de 2018

El misterio del águila bicezala



Sorprendentes las nuevas lineas de investigación sobre el fragmento escultórico.


El águila bicéfala – EFE

19/06/18

El misterio del águila bicéfala romana al que los arqueólogos no dan respuesta

La pieza fue hallada en Alicante en 2005 y se cree que pudo ser facturada en Italia, Grecia o Turquía

EFE
Actualizado:19/06/2018 10:17h


Los arqueólogos internacionales especializados en el mundo clásico siguen sin resolver el significado de la mano de bronce romana (siglo I d.C.) que empuña una espada con una excepcional águila de dos cabezas hallada hace ya trece años en el yacimiento romano de Lucentum (antigua Alicante). De 6.110 gramos, 35 centímetros de largo y 11,2 de ancho, esta mano izquierda sostiene el pomo de una espada ceremonial con el águila bicéfala y es la única parte que se conserva de una escultura erigida a un emperador ataviado de militar (se desconoce quién) que se salvó de la refundición de los siglos posteriores debido, probablemente, a su valor como talismán.

Esta escultura lleva el característico anillo imperial con el trazo de un «lituus» (representa el bastón de los sacerdotes augures), debió medir unos 2,2 metros de altura y por su incalculable valor y singularidad el fragmento fue exhibido en la Sala del Trono (o de San Jorge) del prestigioso museo Hermitage de San Petersburgo (Rusia) con motivo del año 'España en Rusia' en 2011.

La mano de bronce - EFE

Posteriormente fue a Assen (Holanda) antes de también formar parte de una exposición antológica del Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid. El director técnico del centro expositivo donde se exhibe, el Museo Arqueológico de la Diputación de Alicante (MARQ), Manuel Olcina, ha relatado a Efe que se trata de una pieza «única» y «sin paralelos» en el mundo romano por tener el águila bicéfala.

Hay numerosos ejemplos de águilas de una cabeza en el mundo romano pero «nunca de dos», en palabras de Olcina, quien ha recordado que un águila bicéfala protagoniza el escudo de Rusia, pero no proviene de los romanos sino en la caída del imperio Bizantino, momento en el que los zares heredaron esta simbología.

A su vez, los bizantinos la habían tomado de los Selyúcidas musulmanes turcos y el único antecedente de este símbolo se halla en la civilización Hitita (dos mil años antes en la misma zona), aunque sin una aparente conexión directa con los romanos.

«Hemos presentado este 'unicum' (único en latín) en congresos internacionales y hemos consultado con decenas de colegas europeos y estadounidenses, y no hay nada parecido por lo que no sabemos qué significan esas dos cabezas de águila», según el arqueólogo del MARQ, quien especula que podrían simbolizar dos poderes, dos legiones distintas o, incluso, Oriente y Occidente.

En todo caso, la comunidad científica no tiene claro a qué hace referencia, «y no poder interpretar el significado de esta pieza supone, para mí, una frustración», ha confesado.

La mano con el águila bicéfala fue descubierta el 23 de marzo de 2005 (un Miércoles Santo) a un metro de profundidad en una excavación en el Tossal de Manises de la antigua Lucentum dirigida por Olcina y Rafael Pérez Jiménez, arquitecto de la Diputación y responsable de la conservación del yacimiento, al frente de un equipo de arqueologos, restauradores, dibujantes, topógrafos, encargados y peones.

Los afortunados en toparse con ella y extraerla fueron los arqueólogos Antonio Guilabert y Eva Tendero; en un principio, los expertos internacionales dudaron de su autenticidad y pusieron en tela de juicio la procedencia y antigüedad, pero una vez acreditada la metodología científica de su extracción se abrió un nuevo debate para tratar de contextualizarla e interpretar el mensaje que se quería trasladar.

Se cree que se pudo fabricar en un taller de alguna provincia de la actual Italia, Grecia o Turquía, y «al ser el retrato oficial de un emperador, no puede ser una improvisación del artista sino que tiene que querer decir algo, seguramente un mensaje que fue repetido en otras obras que, quizá, estén por encontrarse», según el director técnico del museo alicantino.

Otra aportación de la mano de Lucentum es que el característico gesto de los dedos del emperador, sujetando el pomo de la espada para que la hoja repose en el antebrazo, ha facilitado saber que era precisamente una espada lo que habrían llevado en un principio otras manos romanas halladas con la misma disposición pero que se han encontrado vacías, como la estatua acorazada de Sancti Petri (Cádiz), del siglo II a.C.

martes, 21 de marzo de 2017

Hallazgo de restos humanos cartagineses



Durante los trabajos de excavación del verano del 2014, un grupo de arqueólogos dirigido por Antonio Guilabert, Eva Tendero y Manuel Olcina director técnico del Museo Arqueológico Provincial de Alicante, se produjo un inesperado y sorprendente hallazgo de una treintena de huesos humanos quemados, todos ellos hallados a dos metros de profundidad bajo el suelo del Foro romano.
Muchos fueron los medios de comunicación que hicieron eco de tal extraordinario descubrimiento.


Manuel Olcina, Mostrando el lugar del hallazgo

Foto EFE

Los estudios realizados de la antropóloga Consuelo Roca a los restos óseos hallados, han permitido constatar que son huesos humanos de uno o varios individuos de edad adulta que proceden del cráneo, costillas, fémur y otro tipo de huesos largos, En declaraciones a Efe, la antropóloga ha relatado que cada hueso presenta un grado distinto de exposición al fuego, lo que se refleja en una gama de colores marrón-negro-gris-blanco (de menos a más temperatura).

Foto EFE

Así mismos los restos óseos fueron datados a partir del estrato que ocupaban y se constato que el individuo o individuos murieron posiblemente atrapados al derrumbarse su vivienda y quemados por las llamas. Esto es así por el patrón de fractura de los restos óseos puesto que, en palabras de la antropóloga, el hueso “fresco” se rompe con el fuego mediante roturas transversales y una deformación de la pieza, lo que en algunos de los fragmentos “se ve clarísimo”. Enmarcado en un gran episodio bélico como lo fue la Segunda Guerra Púnica, año 209 antes de nuestra Era y que puso fin a la civilización cartaginesa en el sureste de la península ibérica. 


Todo parece indicar que dichos restos pertenecieron a habitantes de la ciudad cartaginesa y murieron a manos de las tropas romanas de Escipion en la toma de la ciudad, violentamente arrasada e incendiada.


miércoles, 30 de noviembre de 2016

El misterio del águila bicéfala de Lucentum

                                                                                                 Marq


El gran misterio que encierra la mano de bronce romana que empuña una espada con una excepcional águila de dos cabezas de Lucentum, hasta hoy se trata de la única pieza del mundo romano con un águila bicéfala sigue siendo hoy por hoy un enigma para los expertos.




Fuente: EFE | 26/04/2015 Las Provincias

Alicante, 26 abr.- Del siglo I d.C., esta mano izquierda que sostiene el pomo de una espada ceremonial con el águila bicéfala es la única parte que se conserva de una escultura erigida a un emperador ataviado de militar (se desconoce quién) que se salvó de la refundición de los siglos posteriores, debido, probablemente, a su valor como talismán.

Esta escultura, que lleva el característico anillo imperial con el trazo de un “lituus” (representa el bastón de los sacerdotes augures), debió medir unos 2,2 metros de altura y su excepcionalidad radica en que es la primera y hasta ahora única pieza del mundo romano que incluye un águila con dos cabezas.

Por su incalculable valor y singularidad, ya ha sido exhibida en la Sala del Trono (o de San Jorge) del prestigioso museo Hermitage de San Petersburgo (Rusia) con motivo del año ‘España en Rusia’ en 2011, y posteriormente también en Assen (Holanda).

Está expuesta en el Museo Arqueológico de la Diputación de Alicante (MARQ), cuyo director técnico, Manuel Olcina, ha afirmado a Efe que la “extravagancia” de este “unicum” (único en latín) está en su exclusividad, sin más ejemplos artísticos de la civilización romana ni tampoco referencias literarias.

Fue descubierta el 23 de marzo de 2005 (un Miércoles Santo) en una excavación dirigida por Olcina y Rafael Pérez Jiménez (arquitecto de la Diputación y responsable de la conservación del yacimiento) al frente de un equipo formado por arqueólogos, restauradores, dibujantes, topógrafos, encargados y peones, aunque los que tuvieron la fortuna de toparse ese día con la pieza y extraerla fueron los arqueólogos Antonio Guilabert y Eva Tendero.

Su aparición supuso una pequeña gran revolución, ya que hay numerosos ejemplos en la cultura romana de águilas (a menudo para presentar a la legión o al dios Júpiter) de una cabeza, pero nunca de dos.

Al principio, una parte de la comunidad científica dudó de su autenticidad pero la incredulidad fue dando paso a la sorpresa y a su puesta en valor a medida que avanzaban los procesos de estudio, validación, publicación y comunicación en congresos internacionales.

Los expertos se afanan desde entonces en tratar de descubrir el motivo por el cual el taller donde se fabricó, seguramente en alguna provincia de la actual Italia, Grecia o Turquía, escogió un águila bicéfala, ya que no hay “explicación ni paralelos”.

“Al ser el retrato oficial de un emperador, no puede ser una improvisación del artista sino que tiene que querer decir algo, seguramente un mensaje que fue repetido en otras obras que están por encontrarse”, ha razonado Olcina.

Ante la falta de evidencias científicas que desentrañen la incógnita, se especula que las dos cabezas puedan simbolizar Oriente y Occidente, que representen dos poderes o dos legiones distintas.

Un águila bicéfala protagoniza el escudo de Rusia pero no proviene de los romanos sino en la caída del imperio Bizantino, momento en el que los zares heredaron esta simbología.

Los bizantinos, a su vez, habían tomado el águila bicéfala de los Selyúcidas musulmanes turcos y el único antecedente de este símbolo se halla en la civilización Hitita (dos mil años antes en la misma zona), aunque sin una aparente conexión directa.

De 6.110 gramos, 35 centímetros de largo y 11,2 de ancho, otra aportación de la mano de Lucentum es que el característico gesto de los dedos del emperador, sujetando el pomo de la espada para que la hoja repose en el antebrazo, ha facilitado saber que era precisamente una espada lo que habrían llevado en un principio otras manos romanas halladas con la misma disposición, pero que se han encontrado vacías, como la estatua acorazada de Sancti Petri (Cádiz), del siglo I-II a.C.

Olcina ve “probable” que en el futuro aparezca otra pieza romana parecida, ya que “sería ilógico” que la de Lucentum fuera la única.

Mientras tanto, se han hecho dos réplicas exactas, una de las cuales se puede tocar a pocos metros de la original en una de las salas del MARQ, y la otra en el yacimiento, situado en el Tossal de Manises.

La pieza se encontró a un metro de profundidad del Foro y, por los restos de su estrato, se cree que había sido colocada sobre una puerta como elemento de protección y mágica.

“A veces me preguntan qué cosa excepcional me gustaría hallar en mi trabajo, y yo les respondo que ya lo he encontrado”, ha relatado a Efe, satisfecha, la arqueóloga Eva tendero, que hace una década tuvo la suerte de ser la persona del equipo que se topó con la pieza cuando, en ese momento, excavaba codo con codo con Antonio Guilabert.



sábado, 14 de abril de 2012

Fragmento de escultura monumental romana del foro de Lucentum




Hallada el 23 de marzo de 2005 (un Miércoles Santo). Este mismo año la mayoría de  los trabajos se centraron sobre todo en el área correspondiente al foro romano. La pieza se encontró a un metro de profundidad en el Foro la fortuna de toparse ese día con la pieza y extraerla fueron los arqueólogos Antonio Guilabert y Eva TenderoY por los restos de su estrato, se cree que había sido colocada sobre una puerta como elemento de protección y mágica
Se trata de un unicum. El fragmento corresponde a la mano izquierda y parte del antebrazo. Entre la palma de la mano y los dedos, porta una empuñadura de un parazonium ( espada de la milicia ), con la simbiologia de dignidad y autoridad, cuyo remate esta representado por un águila de dos cabezas.


momento de su extracción. Marq

Sus medidas son 35 centímetros de longitud por 11´2 centímetros de anchura y un peso de 6´110 kilogramos. A partir de estos datos la escultura podría haber tenido una altura máxima de 2´20 metros.
Se estudia la posibilidad de que se trate un fragmento escultórico atribuido a los emperadores Augusto o Trajano.





Marq


Marq