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domingo, 6 de octubre de 2019

Hallan el acceso a la primera ciudad construida en el Tossal


Noticia del Diario Información
Cristina Martinez 06.09.2019 |


El camino, de 1,50 metros de ancho, daba entrada al asentamiento cartaginés que se fundó en Alicante en el siglo III a. C. - Cuando los romanos crearon Lucentum lo rodearon con su muralla respetando el trazado curvo

Manuel Olcina, junto a Antonio Guilabert, señala el camino de acceso a la primera ciudad que se levantó en este espacio. pilar cortés

En el s. III a.C, los cartagineses encontraron en el Tossal de Manises el espacio que necesitaban para asentarse. Esa fue la primera ciudad que se construyó en esta zona de Alicante, conquistada a golpe de catapulta por los romanos en el año 209 a. C. La mayoría de los vestigios púnicos se encuentran bajo tierra como apoyo de la que luego fue la ciudad de Lucentum. Pero las excavaciones realizadas desde el MARQ en agosto en este yacimiento han sacado a la luz el camino de acceso a ese primer asentamiento cartaginés.

«Está tallado en la roca con un trazado curvo, que conducía a la puerta principal de la ciudad», apunta Manuel Olcina, director del MARQ y de esta campaña de excavaciones, junto a Antonio Guilabert y Eva Tendero. El camino, de entre 1,20 y 1,50 de ancho, deja ver las marcas de los carros que accedían a la ciudad por la puerta principal. «Sabemos donde está esa puerta, pero no está excavada aún; se encuentra en el cruce entre este camino que hemos encontrado y la otra calle principal cartaginesa, que se encuentra debajo del foro. Ahí estará la puerta».

Este hallazgo lleva a comprender por qué la ciudad romana presentaba un tramo curvo de muralla. «Cuando los romanos se instalan aquí, crean una especie de fortín militar con una puerta enorme dotada de sistemas de defensa y lo que hacen es que, en vez de construir la muralla encima del camino cartaginés, lo rodean con su forma original y lo meten en el recinto amurallado de la ciudad».

Lo que perseguían, destaca Olcina, es fortalecer su defensa, al crear un espacio abierto entre la puerta romana, la puerta cartaginesa y las murallas. «Era un especie de ratonera». El arqueólogo afirma que con este hallazgo se confirman sus hipótesis. «Sospechábamos que el camino estaba aquí porque encontramos huellas y al bajar hasta la roca ha aparecido el trazado original, sobre el que luego los romanos pavimentan, aunque manteniendo la curva».

El arqueólogo Antonio Guilabert, del Área de Colecciones y Excavaciones de la Fundación MARQ, destaca que con estos trabajos «hemos podido encadenar los caminos de acceso a la ciudad desde el siglo III a.C. al siglo III d. C., que es cuando la ciudad se abandona y empiezan a expoliar sus restos. «El camino cartaginés está tallado en la roca y conforme se va usando, hemos detectado que los romanos van elevando el camino aportando tierra y se va desplazando».

Para Olcina, lo «fascinante» es que la calle principal de la ciudad ya existía cuando la zona era un campo, antes de acoger el asentamiento cartaginés. «Lo que era un camino de montaña, lo aprovecharon los cartagineses como calle principal al hacer la ciudad, con unos 5,80 metros de ancho, y trazaron otra perpendicular que está debajo del foro».

El próximo año, los trabajos se centrarán en la musealización de este camino excavado, aunque no descartan que puedan realizarse las primeras incursiones en la puerta de la ciudad cartaginesa. «Para eso se necesita mucho trabajo y financiación».

En este sentido, la diputada de Cultura, Julia Parra, mostró su satisfacción por los trabajos realizados. «Estamos satisfechos de que la Diputación siga investigando este yacimiento, uno de los más importantes y bonitos de España. Seguiremos apoyando que continúen las investigaciones que se han emprendido en este centro de conocimiento y recuperación de nuestra historia». Y considera el hallazgo del acceso algo «de lo que estamos muy orgullosos; sin ninguna duda este es un centro ejemplar».




https://videos-cdn.diarioinformacion.com/multimedia/videos/2019/09/03/182698/ultimos-trabajos-lucentum-descubren-puerta-entrada-ciudad-1_m.mp4


domingo, 23 de diciembre de 2018

La artillería de Lucentum





Con este sugerente titulo el Diario Información, fechado el pasado 12 octubre, daba a conocer los resultados de las nuevas investigaciones resultantes, sobre el ataque bélico que aconteció tras las murallas del Tossal de Manises al inicio de la Segunda Guerra Púnica.


Noticia de Cristina Martinez.

El MARQ guarda entre sus fondos 56 proyectiles de catapulta, de entre 3 y 10 kilos, utilizados en principio durante la II Guerra Púnica por los cartagineses para defender el Tossal de Manises de los ataques romanos

Es un fondo casi único en la Comunidad.

«A uno de los hombres que se hallaban en la muralla detrás de Josefo le arrancó la cabeza de una piedra, y su cráneo salió disparado, como desde una honda, a una distancia de tres estadios (550 m.). Así de poderosa era la fuerza de aquellas catapultas. Más alarmantes que las propias máquinas eran los zumbidos de sus disparos, más terribles que las máquinas eran sus impactos». Esta descripción de Flavio Josefo sobre el poder de los proyectiles de las catapultas romanas en la guerra judeo-romana, en el primer siglo después de Cristo, sirve como referencia para entender la fuerza de estas armas y su munición que se utilizaron durante la II Guerra Púnica en el Tossal de Manises, donde se localiza la antigua ciudad de Alicante.

Los cartagineses crearon una ciudad defensiva en previsión de un posible ataque romano. Y así fue. Por eso, los trabajos realizados en el yacimiento de la Albufereta desde los años 30, encabezados por Figueras Pacheco, hasta la actualidad, con el respaldo del MARQ, han dotado a este centro de un fondo de 56 proyectiles de catapulta, lo que convierten este yacimiento en algo casi único en la Comunidad Valenciana, ya que solo en Sagunto han aparecido elementos similares, según el director del museo alicantino, Manuel Olcina.



                                                                    Manuel Olcina. Diario Información


«Ya en los años 30, cuando Figueras Pacheco recorría el yacimiento, decía que por las laderas se encontraban piedras de catapulta y nosotros hemos encontrado más», circunstancia que es «una característica singular de este yacimiento», apunta.

Las 56 balas tienen un peso que oscila entre los 3 y 10 kilos, y también varía el tipo de piedra utilizada para su creación. Hasta ahí , todo claro. La incógnita a despejar era de qué época son. «Sabemos que en la época de la ciudad bárcida fundada por los cartagineses había catapultas y proyectiles de catapulta porque las torres de la muralla están diseñadas para emplazar estas lanzaderas y porque resulta que encontramos en una excavación en el nivel de destrucción de la ciudad cartaginesa unos proyectiles de piedra volcánica, en total 17».

¿Que tiene de particular este hallazgo? Pues que este tipo de piedra negra, andesita, mucho más dura y distinta a las usadas para las otras que son calcarenitas o calizas, se encuentra en las canteras de Cartagena.

«Sabemos por las fuentes clásicas que Cartagena tenía un gran arsenal de catapultas impresionantes y por tanto de munición, de lo que se apodera Escipión cuando los romanos conquistan la ciudad; entonces la munición que estaba almacenada en Cartagena la distribuye por las ciudades púnicas que dependen de ella, como el Tossal de Manises», explica el director del MARQ.

A ello se une un detalle más técnico. Había que calcular si esos proyectiles correspondían a un tamaño de catapulta que cupiese en las torres de la muralla de la ciudad donde se ubicaban como defensa. Y el resultado fue afirmativo. «Hay una serie de fórmulas matemáticas para calcular el tamaño de la catapulta a partir de la munición y efectivamente cabían en las torres que se construyeron en la ciudad».

Ataque romano

En este sentido, el arqueólogo destaca que eso indica «que las murallas de Lucentum se diseñaron para repeler un ataque futuro de los romanos, no de los íberos, porque los íberos no tenían artillería, no tenía sentido ese despliegue por los íberos». Como ejemplo, «es como si preguntas por qué en Canadá existían los fuertes artillados, ¿para defenderse de los indios? Pues no, se construyeron así para defenderse de los franceses o de los ingleses que iban con las flotas para atacar».

El hecho de que la ciudad estuviese protegida «habla muy bien del avance de las fortificaciones del Tossal en su tiempo porque demuestra que estaban preparados para repeler ataques de una potencia tan fuerte como la suya».

Olcina asegura que estos proyectiles, no obstante, corresponden a dos momentos: en la II Guerra Púnica, cuando los romanos empiezan la conquista de los cartagineses en diferentes ciudades y después, en el siglo I antes de Cristo, durante las guerras civiles romanas porque Lucentum es una instalación militar.

Entre todos estos proyectiles destaca uno por su tamaño. Nada menos que 41 kilos, un peso que hace descartar que sea de época antigua. «Una catapulta para lanzar una piedra así tendría que ser un monstruo, según nuestros cálculos tendría que medir 8 o 9 metros de largo y unos 5 de alto». Las hipótesis entonces apunta a que se trata de munición de los berberiscos, porque hay testimonios de que desembarcaron en la Albufereta. «Hay un cronista que asegura que los berberiscos emplazaron un cañón pedrero en la cima del Tossal para bombardear la huerta; ese calibre sí que podría ser de una bombarda».

Catapultas

Cartagineses y romanos utilizaban las mismas catapultas. No eran invención ni de los unos ni de los otros. Pura ingeniería helenística. «Los griegos lo inventan y lo transmiten a los cartagineses y a los romanos», dice Olcina, que no puede evitar un apunte. «Hay un fallo muy habitual en las películas que reflejan esa época... si sacan catapultas con brazo, mal, muy mal, porque no aparecieron hasta el Bajo Imperio, en el siglo III o IV d. C.».

Las de la época que nos ocupa funcionaba con efecto tirachinas, con unos tendones que se tensaban y acumulaban energía que propulsaba la piedra. «Eran como la ballesta, de hecho en griego a la catapulta se le llamaba petrobolos y en latín ballista».




                                              Manuel Olcina. Diario Información 

domingo, 21 de octubre de 2018

El Orellut







Fue hallado sorprendentemente empotrado en un lienzo de la muralla oriental, torre IX, durante el transcurso de las excavaciones dirigidas por Enrique Llobregat y Miguel Tarradell en 1967 en el sector "C". Debido a lo inusual del lugar del hallazgo, la pequeña cabecita de terracota se hallo prácticamente intacta.


                                                                                        Marq

Popularmente conocido como " El Orellut " debido a su desproporcionado tamaño de sus orejas., realizado en barro muy depurado y bruñido de color anaranjado. No supera los 13 cm de altura, siendo su interior  hueco. 
Representa a una cabeza viril, de grandes ojos almendrados guardan proporcionalidad con sus orejas, su boca entre abierta muestran unos labios carnosos, su cabeza esta cubierta por un fino casquete, que deja entrever un pequeño flequillo semi ondulado.

Es muy probable que se trate de una obra realizada sobre siglo III a. C.

Lo llamativo de sus rasgos hace pensar que se trate de un exvoto, en claro contesto del arte púnico, donde guarda claro paralelismos con otras obras, como algunas terracotas halladas en El Puig dels Molins, Eivissa ( Ibiza).



En la actualidad se trata de un icono de la ciudad de Alicante, representado en un sinfín de actos y festejos populares. 
Se conserva en las instalaciones del Marq, siendo este, uno de los tantos atractivos del mismo.


                                                                                                                                                                                          Marq





domingo, 1 de octubre de 2017

Descubren la mayor y mas antigua calle de Lucentum

         Manuel Olcina, a la derecha, junto a Antonio Guilabert y Eva Tendero, ante la vía descubierta junto al foro.

L
as excavaciones realizadas en julio en el yacimiento sacan a la luz la principal vía de la ciudad cartaginesa que revela la avanzada planificación urbanística del que fue el primer asentamiento de este enclave

Fuente: Cristina Martínez | Diario Información

30 de septiembre de 2017

El debate se centraba en si el asentamiento cartaginés que antecedió a la ciudad de Lucentum era un fortín o un núcleo urbano. Y la última campaña de excavaciones realizadas el pasado mes de julio en el yacimiento del Tossal de Manises han dado por zanjado esta discusión al sacar a la luz la que está considerada mayor y más antigua calle de este asentamiento, correspondiente a la ciudad púnica.

Estos datos han llevado al equipo de arqueólogos, encabezado por el director del MARQ, Manuel Olcina, con Antonio Guilabert y Eva Tendero, a determinar la importancia de esta ciudad cartaginesa, algo que dejan ver las dimensiones de la calle, así como su complejidad urbanística que implica que se trataba de un asentamiento destacado. «Esta sería la primera calle y hemos podido comprobar que debajo no hay nada, algo muy importante para reconstruir la historia de este enclave», apunta Olcina. «Además ahora sabemos que la puerta de la primera muralla estaría justo en la prolongación de esta calle».

La calidad de los pavimentos que la han ido cubriendo revela además que se trata de la ciudad original, «urbanísticamente planificada y que se articula, que sepamos de momento, en dos grandes ejes viarios, el más ancho de los cuales sería este». De hecho, las capas de pavimento encontradas dejan ver que hubo sucesivas reparaciones y arreglos lo que implica que las autoridades velaban por su conservación.

Esto demuestra que es una ciudad construida «con criterios urbanísticos, planificada, fundada de la nada, no había nada antes, con avenidas importantes que articularían el resto de la ciudad».

Las pistas sobre esta avenida, denominación que responde a sus dimensiones que alcanzan los 5,80 metros de ancho, se encontraron hace unos años cuando se excavó en un punto del centro del foro a una profundidad de 2,80 metros. Ahí apareció una calle perpendicular a la que ahora se ha excavado. «Entonces planteamos la hipótesis de que debía ir cruzando otra por ese punto y ahora lo hemos comprobado», asegura Guilabert.

La documentación de esta vía ha llevado a datarla entre los años 230 y 220 antes de Cristo, la misma registrada en otros puntos de época cartaginesa aparecidos lo que ayuda a datar la cronología del asentamiento completo, que estuvo habitado apenas 25 años, ya que en el año 209 está fechada la destrucción de todo el enclave a manos romanas. «El acontecimiento histórico que ocurrió entonces fue la II Guerra Púnica, que también destruyó otros asentamientos como La Serreta de Cocentaina o La Escuera de San Fulgencio», destaca el director del MARQ.

Tras abatir toda la ciudad, los romanos no volvieron a ocuparla hasta cien años después. Las disputas civiles propiciaron la necesidad de recuperar lugares estratégicos y construyeron Lucentum sobre las ruinas de la ciudad cartaginesa. La importancia de la calle descubierta, que se va a volver a tapar para que se pueda desarrollar el proyecto de reconstrucción del templo del foro, queda patente en que después los romanos construyen una de sus calles principales en esa vía. «Era como una especie de paso de la montaña, un eje viario, y cuando los romanos reurbanizan la ciudad lo siguen utilizando, mientras que el resto de calles no tiene nada que ver con la ciudad antigua».

Uno de los logros importantes en el futuro sería localizar la puerta de la muralla y actuar en otros lugares, «pero es complicado porque encima de la ciudad cartaginesa está la romana y hay que tener mucho cuidado». Hasta ahora, de época cartaginesa se puede ver en Lucentum la muralla, las cisternas de tres metros de profundidad, algunas casas y «material hay muchísimo».

Lucentum sigue dando así datos de su historia, como «un icono de nuestro pasado y una oportunidad para nuestro futuro», según destaca el diputado de Cultura, César Augusto Asencio. «La Diputación de Alicante ha tutelado desde sus inicios los trabajos de consolidación y musealización a través del MARQ y durante casi tres décadas nos hemos encargado de excavar y transformar esta ciudad romana en uno de los yacimientos más importantes de la Comunidad Valenciana»


martes, 21 de marzo de 2017

Hallazgo de restos humanos cartagineses



Durante los trabajos de excavación del verano del 2014, un grupo de arqueólogos dirigido por Antonio Guilabert, Eva Tendero y Manuel Olcina director técnico del Museo Arqueológico Provincial de Alicante, se produjo un inesperado y sorprendente hallazgo de una treintena de huesos humanos quemados, todos ellos hallados a dos metros de profundidad bajo el suelo del Foro romano.
Muchos fueron los medios de comunicación que hicieron eco de tal extraordinario descubrimiento.


Manuel Olcina, Mostrando el lugar del hallazgo

Foto EFE

Los estudios realizados de la antropóloga Consuelo Roca a los restos óseos hallados, han permitido constatar que son huesos humanos de uno o varios individuos de edad adulta que proceden del cráneo, costillas, fémur y otro tipo de huesos largos, En declaraciones a Efe, la antropóloga ha relatado que cada hueso presenta un grado distinto de exposición al fuego, lo que se refleja en una gama de colores marrón-negro-gris-blanco (de menos a más temperatura).

Foto EFE

Así mismos los restos óseos fueron datados a partir del estrato que ocupaban y se constato que el individuo o individuos murieron posiblemente atrapados al derrumbarse su vivienda y quemados por las llamas. Esto es así por el patrón de fractura de los restos óseos puesto que, en palabras de la antropóloga, el hueso “fresco” se rompe con el fuego mediante roturas transversales y una deformación de la pieza, lo que en algunos de los fragmentos “se ve clarísimo”. Enmarcado en un gran episodio bélico como lo fue la Segunda Guerra Púnica, año 209 antes de nuestra Era y que puso fin a la civilización cartaginesa en el sureste de la península ibérica. 


Todo parece indicar que dichos restos pertenecieron a habitantes de la ciudad cartaginesa y murieron a manos de las tropas romanas de Escipion en la toma de la ciudad, violentamente arrasada e incendiada.


sábado, 8 de febrero de 2014

Una cisterna como testigo de la Segunda Guerra Punica

Fotografía de colección privada


Durante las excavaciones realizadas a mediados 2013 y dirigidas por D. Manuel Olcina,  han sacado a la luz  nuevos restos pertenecientes todos ellos a la época púnica. Dichos trabajos se centraron en el hallazgo de una nueva cisterna de algo mas de 2 metros de profundidad.
La gran particularidad de esta cisterna ( según los resultados de sus estudios ) radica que en su interior, se han hallado gran cantidad de testigos relacionados todos ellos con los últimos momentos de la destrucción de la urbe en el 209 a. C.
Durante su excavación aparecieron los restos de la plataforma de madera que cubría toda la superficie de la cisterna. En  interior también aparecieron gran cantidad de cerámica, destacando un conjunto ánforas ibéricas, las cuales estuvieron colocadas encima de dicha cubierta, hasta que por los efectos del incendio se precipitaron al interior de la misma.


Fotografía de colección privada



Fotografía de colección privada



Fotografía de colección privada

sábado, 19 de octubre de 2013

Vivienda del tramo oriental


En los cimientos del Tossal de Manises son cada vez mas las pruebas que confirman (una vez mas) con una  fuerte intervención cartaginesa
La vivienda llamada "casa del incendio" presenta gran cantidad de incógnitas y evidencias. Lo mas notorio, es la evidencia de una destrucción muy violenta como lo atestiguan el derrumbe intencionado de sus paredes  y sobre todo la gran cantidad de ceniza que evidencian que la vivienda sufrió un fuerte incendio en su totalidad.
Todo ello, en el contesto de finales de la Segunda Guerra Punica ( 209 a.C ? ), donde las fuerzas romanas avanzaban irremediablemente hacia la destrucción de  la vecina Cartago.


                                                                  Imagen de archivo del Marq






                                                       Fotografía del panel explicativo del Marq.








viernes, 12 de julio de 2013

Patio triangular. Construcción punica



Vivienda compuesta en principio de tres estancias conocidas. Como eje central de la misma se halla un patio en donde se encuentra una gran cisterna, cuya construcción general es tipicamente de origen púnico. La cisterna tiene una profundidad de 4 metros y una capacidad de unos 20.000 litros y estaba cubierta con bigas de madera. Se alimentaba gracias a la lluvia que recogía el tejado de la torre colindante y que descendía a través de una tubería cerámica llenando un pozo de decantación y que finalmente este agua se vertía a la cisterna a través de un conducto cerámico  El conjunto fue levantado a mediados del s. III a. C. y su destrucción coincide con el final de la Segunda Guerra Púnica.
Fue hallado a mediados de los años 30 coincidiendo con las campañas arqueológicas de Figueras Pacheco.

                                                             Fotografía del panel explicativo del Marq 


                                                           Fotografía del panel explicativo del Marq